jueves, 29 de noviembre de 2012

Acerca de la Música y el Canto

Amo cantar. Y cuando canto, siento que mi universo interior se expande y se funde con las voces de los que cantan a mi lado. Las notas ondean , crecen, se elevan, para diluirse en  el aire.
Cantar es formar parte de la Armonía, esa diosa pagana que embelesa  los sentidos.
Es flotar al unísono con el latir profundo de la vida.

martes, 16 de octubre de 2012

Del por qué de la poesía

Disparate! Cómo pensarle un porqué a algo tan inútil como la poesía? porque, como sabrán, hay muchos que lo han dicho y lo repiten a la primera oportunidad: la Poesía no sirve para nada. Es -sin duda, dicen ellos- la más inútil de las Artes. Porque cuál sería la aplicación práctica de unos, digamos... octosílabos sueltos? o menos aún, de unos endecasílabos con o sin rima consonante? 
Es que ellos no comprenden que la Poesía es en sí misma una finalidad de tanto porte, tan fuerte que no permite ninguna cosa que no sea la razón de ser de la Poesía, que no es otra que la Belleza -así con mayúsculas- Y entonces, si se piensa con detenimiento, cobran sentido todos los sinsentidos que se han hecho y se harán en nombre de la Poesía -o de la Belleza, que es como decir lo mismo-
Algunos se estarán preguntando adónde quiero llegar con este razonamiento... Es que siento la necesidad de defender a los poetas, artesanos de lo inútilmente bello, a los que sueñan con el atardecer aunque estén viajando apretados en el subte,  los que buscan la imagen de la luna entre los nubarrones mientras corren para llegar a tiempo al trabajo rutinario...
Levanto mis banderas para proteger -como un moderno Quijote- a los que esperan ver un mundo donde la sonrisa sea cotidiana, donde la mano abierta reemplace definitivamente al puño, los que piensan que leer un poema es una ganancia -y no una pérdida- de tiempo. 
Los griegos decían que los poetas eran los "poseídos" por los espíritus celestiales. La palabra latina "inspiración" tiene indudablemente el mismo origen...
Me gusta pensar que los poetas son entonces los mensajeros de Dios o de los dioses -no  importa el sistema de creencias- que traen a nosotros la palabra que alienta, el verso que despierta la conciencia, la mirada que se vuelve más atenta a lo bello.
Los escépticos, que lean a Jiménez, a Alfonsina, a Hernández, a Neruda. O que me llamen y les leo los versos de mi hermana.

martes, 14 de agosto de 2012

De los encuentros

Ansiado encuentro con amigos
que creíamos perdidos. 
Y el sol brillante que se duerme
en la corriente diáfana.

Palabras fluyen llenas de recuerdos
que van poblando poco a poco la tarde.
La vida pasa entre los dedos,
como un rosario 
largamente rezado.

Abrazos recobrados, retenidos...
Y las ondas del agua que se mueven
llevadas por la brisa.


sábado, 31 de marzo de 2012

De la rutina y otros males

Escapo, cuando puedo, de la aplastante rutina de los días iguales...
¿Cómo lo hago? se preguntan...
Simplemente, improviso! Sí, salgo a la vida - a la mañana de mi vida cotidiana- sin libreto. Me dejo sorprender por cada hoja; me emociona la forma cambiante de la luna; respiro hondo el aire fresco que me lava la cara y se lleva las telarañas de la noche.
Dura poco, lo sé, pero funciona por un rato.
Como una píldora de vida concentrada.
Una sobredosis de vida en un instante.

domingo, 19 de febrero de 2012

Lo inevitable

Los caminos me trajeron de regreso... No yo; no mi irreductible voluntad viajera. Mis pies, cansados de andar, dieron a tientas los últimos pasos que me devolvieron a la rutina...
Y desperté del sueño de las callecitas londinenses y aquel bistró de Paris se me quedó entre los párpados cerrados, en un vano intento de impedir el ahora: este calor pesado de Buenos Aires, los tediosos exámenes inútiles, la añoranza del hijo que está allá y no a mi lado...
Adentro, el viaje sigue, a ojos cerrados, durante el sueño. Camino del brazo de Matías por Bilbao, me admiro con alguna cúpula o unos vitrales góticos... Aprieto el paso por el frío del invierno madrileño.
Y entonces me despierto.

martes, 17 de enero de 2012

Paris


Recorro las calles de Paris saboreando el color de sus esquinas deliciosas.
A cada paso, la historia me asalta o el Arte inunda mi pecho y me deja sin aliento...
Mucho tiempo soñé con caminar tus calles empedradas a la espera de encontrar sentados a la mesa de algún bar a alguno de los grandes que te habitaron.
Mañana seguiré buscando...