domingo, 1 de mayo de 2011

Al maestro

Se fue. Ya no veremos su figura gastada de abuelo sabio y generoso. Su cuerpo mortal ha dejado de estar entre nosotros, no su espíritu. Ese va a acompañarnos siempre. Su palabra permanecerá en nosotros, dentro de nuestros corazón, como un faro sonoro que orienta nuestros pasos.
Amado maestro, gracias por todo. Por tu humildad y tu sentido de la ética, por tu grandeza y ecuanimidad ante la injusticia, por tu valentía que te animó a "descender a los infiernos"más oscuros de nuestra historia...
Gracias, querido Sábato.