viernes, 4 de junio de 2010

Segunda puerta .

En ocasiones la puerta es pasaje, paso fortuito de una realidad a otra o, a la manera de Cortázar, apenas una grieta o una fisura que nos permite vislumbrar el otro lado. Entonces el caminante, que es en realidad un buscador de esas verdades escondidas, siente cómo sus latidos se aceleran, sudan sus manos, la vista se le nubla: es que está a punto de ver -aunque sea sólo por un instante fugaz- más claramente y de manera más lúcida.
Sólo un instante, es lo que dura la revelación.