jueves, 23 de septiembre de 2010

Encierro

De pronto la oscuridad se impone a la luz tibia de la primavera...
La puerta, que se había entreabierto apenas, ha vuelto a cerrarse con un ruido seco y áspero. Adentro el aire se espesa, enturbiado por el encierro repentino y me ahoga. Quiero salir pero un peso indecible me lo impide...
Miro la calle desde mi ventana. Afuera, el sol remolonea entre las hojas nuevas. Flota el perfume de las primeras flores de este septiembre que se me escapa...