martes, 20 de julio de 2010

Partidas

Implacable, el tiempo pasa y se lleva, a veces, a los amigos. Es dura la ausencia sensible, no poder verlos o conversar con ellos. Entonces lo único posible es su recuerdo para traerlos de regreso a nuestra presencia más íntima y volver a encontrarlos en nuestro corazón. Las lágrimas nublan los ojos pero hacen más nítida la visión del alma. Allí adentro están ellos, los ausentes... Nuestros ángeles.