sábado, 11 de septiembre de 2010

Pueblo Gallego

Así, mirando al mar, a la espera del amanecer
y la llegada del viento salobre. Así quisiera pasar
mis horas y mis días, vislumbrando a lo lejos el
horizonte brumoso, feliz por la llegada de los barcos que devuelven a los pescadores al abrazo de sus seres queridos.
Pueblo viejo tendido al sol como un perro cansado. Gente esperanzada con los ojos llenos de sol y la piel impregnada de sal. Por allí me llevan mis pasos que se hunden en la arena de la costa... En las olas se funde mi mirada para beber la frescura milenaria del mar.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Realidad vs. sueño

Mucho se ha dicho - Platon el primero- acerca de si esto que nos rodea es, en verdad, la realidad. Si se trata de la verdadera realidad, quiero decir, o de un mero reflejo o proyección de un mundo ideal y más perfecto que este otro, cercano, tangible, cambiante... Otros autores han sugerido incluso que vivimos inmersos en un sueño. Segismundo declama que "la vida es sueño" en la obra de Calderón de la Barca. El mago de Las ruinas circulares, (un cuento de Borges) anhela crear un hombre y para eso se impone la minuciosa tarea de soñarlo, noche tras noche. Feliz por haber logrado su objetivo lo envía lejos para que honre a sus dioses. Poco después descubre, con una mezcla de horror y alivio, que el fuego no lo quema y comprende entonces que él también es el sueño de otro.
Es que el tema de la percepción de nuestro mundo como un todo real y coherente es la base fundacional de nuestras creencias, así como de los deseos y temores que nos mueven. ¿Qué sentido tendría preocuparse por algo que no existe sino en nuestra imaginación? ¿Acaso sería válido luchar por el sueño de otro?
En el cine abundan los ejemplos y ,ciertamente, más allá de toda la parafernalia de la ciencia ficción que a veces nos abruma, es llamativo que sea este tema el que se aborde con tanta frecuencia. Tal vez tocar una fibra muy íntima del ser humano es lo que le da vigencia.
Sin duda, o por las dudas, habrá que tratar de seguir soñando buenos argumentos, aquellos que nos aseguren un final feliz o por lo menos aceptable.
¿Quién dice que esa no es la clave? Creo que nadie sabe la respuesta...