Hay palabras duras, compactas, pétreas, densas, sólidas, férreas, implacables,viscosas... Esas son las palabras que cierran, traban, ocultan, endurecen, empantanan, secan todo, lo matan... Pero hay otras, palabras dulces, livianas, tenues, frágiles palabras, bailarinas, melodiosas... que abren todas las puertas y le dan la libertad al alma.
Por eso les regalo este poema que escribió Lucas, mi hijo.
Hoy me distraje
en el paño azul del cielo,
en el sueño de verano,
en el silencio profundo del tiempo...
Todo sufrimiento
está abierto a una nueva esperanza,
en lo más ínfimo está el alivio
para apoyarse...
Por lo demás, afuera sigue siendo igual,
hermoso y transparente,
todos los días,
el Sol sale para todos,
y el viento,
es la mejor de las excusas
para mecerse en la ilusión de la frescura...
Me encantó!. Creo que está bueno a veces, como dice el poema, distraerse un poco.
ResponderEliminarNo sé si es distraerse, sino tal vez todo lo contrario: dejar lo superfluo, para prestar atención a lo importante, a aquello que le da verdadero sentido a la existencia. Si no aprendemos a descubrir el valor de lo sencillo y cotidiano, nos perderemos gran parte de la belleza que nos rodea...
ResponderEliminarMUY, PERO MUY LINDO EL POEMA DE TU HIJO, NORA...YA VEO QUE HAY CON QUIENES COMPETIR!!!!!!Y ESO ES BUENÍSIMO SI NOS HACE CRECER!!!!!!!YO POR MI PARTE SIGO ESCRIBIENDO,PORQUE HAY MAS SOLES,COMO DICE ÉL MAS ESPERANZAS...CARIÑOS...
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